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LA NARRACIÓN

Una de las cosas más importante a la hora de escribir es tener en cuenta los detalles necesarios para empezar. Por eso, empezaremos explicando qué es la narración.

La narración consiste en la exposición de un hecho, bien sucedido en la realidad, bien inventado por el autor. Como componentes principales de la narración podemos enumerar los siguientes:


a) El autor o protagonista
b) Los hechos
c) Las circunstancias de lugar y tiempo



No todos estos aspectos han de tratarse necesariamente en la narración, aunque sí es conveniente hacerlo. Por otra parte, estos seis componentes forman el esquema más sencillo de la narración que, como es natural, puede complicarse cuanto se quiera, añadiendo otras personas, hechos o circunstancias.




a) El autor o protagonista: debemos tener en cuenta el decoro

1.  Elegir para cada uno de los protagonistas aquellas cualidades que le sean más apropiadas, y esto se observará tanto en la forma de hablar como en la de comportarse. Así, una persona culta hablará como tal, mientras que otra carente de cultura usará la lengua con un nivel léxico y gramatical más deficiente; pero debemos tener presente que la cultura no se manifiesta únicamente en la lengua: sino también en los conocimientos científicos o lecturas. Es decir, un personaje que se supone inculto no debería citar en sus conversaciones a autores o conocimientos que supongan estudios mayores a los que al principio dijimos que tenía, etc.

2. El modo de actuar será igualmente el apropiado a la naturaleza atribuida a los personajes. Así u personaje valiente obrará de distinta forma que uno cobarde, y uno violento diferente del pacifista, etc.


La expresión popular de que el autor vive al personaje es el mejor resumen de estas ideas. Basta con que el autor se meta dentro de su personaje y se haga propia la psicología de éste, y así podrá ver si el personaje es creíble. Los caracteres, elegidos por el autor al principio de su obra, deberán mantenerse a lo largo de toda ella. Aunque, ya sea por motivos internos del personaje o circunstanciales pueda alterarse dicho carácter.

Un buen ejemplo sobre el decoro de los personajes lo podemos encontrar en El Quijote, de Miguel de Cervantes. Don Quijote no solo utiliza bien la lengua, sino que corrige los errores de Sanchos, ya que este carece de toda formación. Mientras el caballero hace alarde de su cultura ya sea en los temas que trata o en las citas de autores clásicos, el escudero solo puede presumir de refranes.




b) Los hechos

Los hechos, ante todo, deben ser verosímiles y apropiados a los personajes que los ejecutan. Dicho de otro modo, todo lo que se cuenta deber tener tal relación con la realidad que quien lo lea piense que, aunque no haya sucedido nunca, pudo ocurrir así.


Ahora bien, no será la narración de un hecho real, en la que se exponen todo tal y como pasó, porque esto sería una crónica histórica. Sé se puede, en cambio, tomar como base un suceso histórico real y sobre él montar una “historia” verosímil. También se puede introducir en la narración personajes reales, más o menos disfrazados en sus sentimientos y acciones, junto a otros puramente imaginarios, siempre respetando a aquellas personas que se tomaron como base.

Durante el siglo XVI, se dio un ataque contra la falta de verosimilitud de algunas novelas, concretamente en las de caballería, donde un solo caballero era capaz de destruir un ejército o de trasladarse en unas horas a puntos muy lejanos de Europa, y de las pastoriles, en las que unos simples pastores sin estudios tratan de todo tipo de teas: eróticos, filosóficos, teológicos, etc.



c) Circunstanciales de lugar y de tiempo

También en lo referente a las circunstancias de lugar y tiempo se tendrán presentes la verosimilitud y el decoro, consecuencia de aquella. Coda región se describirá de acuerdo con lo que realmente es, lo mismo se hará con el tiempo, tanto cronológico como meteorológico.

Cuando se pretende situar la acción en algún tiempo pasado, se debe tener en cuenta las costumbres de la época, vestidos, tipo de lenguaje, transportes, arte, comida…

También se escribe sobre personajes mitológicos o históricos, se presentarán estos tal y como nos los legó la tradición, sin embargo, la inobservación de estas normas puede ser intencionada buscando efectos especiales.